Este soy yo.

Un teclado venido de Ganímedes, como el pangolín, para traducir la vibración telúrico-galáctica poética a lenguaje humano mediante el ingenio de la escritura.
Y escribo.
Me he agenciado para teclear un espécimen subclase humanoide, (no te lo digo por presumir) de sexo por determinar, que de momento me resulta eficiente. Cuando se oxide tendré que buscar repuesto.